Compartimos una entrega más de las entrevistas que los estudiantes del nivel secundario del Joaquín V. González están realizando para el proyecto institucional desde la materia de literatura, con diferentes vecinos de la ciudad de Ezpeleta para reconstruir la historia de la ciudad.
En esta oportunidad, las estudiantes Camila Berrenechea, Brisa Garabenta, Melina Godoy Catalina Veltri y Micaela Zurita compartieron un grato momento lleno de anécdotas con María Del Carmen Rosa Lamela, una inmigrante española de 75 años que desde 1952 vive en esta ciudad.
A continuación, la entrevista completa:
"Ezpeleta, una oportunidad para vivir mejor".
¿Hace cuánto vives en
la ciudad de Ezpeleta?
Desde 1952
❖ ¿Por qué razones
viniste a la ciudad?
Para ese entonces me trajeron,
no tenía ni voz ni voto. Vivía en España, Galicia. La situación económica del
país empeoraba, la falta de alimento era mucha y mis padres decidieron mudarse
a Argentina, donde haríamos una nueva y mejor vida.
❖ ¿Cómo te relacionabas
con los demás ciudadanos?
Desde un principio mantuve
buena relación con todos y por suerte no tenía problemas en el vecindario.
❖ ¿Qué clase de juegos
realizaban? ¿Tenían vida nocturna, como por ejemplo en discotecas?
Todos jugábamos en el patio de
mi casa. Mi madre prefería que estemos acogidos en nuestro hogar. Jugábamos a
la mancha, las muñecas, bailábamos tango, a los indios.
Sinceramente no estoy informada acerca de boliches, solía llevar una vida
nocturna laboral y educativa.
❖ ¿Qué música
escuchaban?
Escuchábamos música como la de
Elvis Presley, Palito Ortega, Leo Dan, Club del Clan y tango.
❖ ¿Dónde realizaste tus
estudios?
Mis estudios los realice en la
escuela N.º 1 con orientación comercial y luego estudie en bellas artes para
ser profesora.
❖ ¿En qué empleos
trabajaste?
Trabaje en empresas con
puestos administrativos y dando clases por amor al arte durante mucho tiempo.
❖ ¿Tienes hijos? ¿Ellos
nacieron en la localidad? ¿Cómo era Ezpeleta cuando ellos nacieron?
Tengo una hija, la cual nació
en la provincia de La Rioja debido a que nos habíamos mudado por el trabajo de
mi marido. Una vez que nació volvimos a Ezpeleta, porque extrañábamos la
ciudad. No era la misma, no había libertades como las de antes, debíamos cuidar
más de los niños.
❖ ¿Viviste siempre en el
mismo barrio? ¿Qué cambios notaste en la arquitectura?
No siempre viví en el mismo
barrio. Primero tuve una casa cerca de la estación de Ezpeleta. Tiempo después
cuando me case con mi marido, me mude a la casa en la que estoy viviendo. La
estructura cambio, pero Ezpeleta siempre fue una ciudad con viviendas tipo
familiar. Antes era mucho campo y barro, pero era libre. Aun así, creció un
montón. Me acuerdo que la primera vez que llegue a la ciudad tan solo había 5
casas hasta llegar a la estación.
❖ ¿Notaste población de
otras nacionalidades? ¿Por qué crees que vinieron a alojarse a esta ciudad?
Actualmente hay mucha
inmigración de países americanos, que llegan al país en busca de un futuro
mejor, para poder comer todos los días. Así como fue mi caso con la diferencia
que los inmigrantes eran europeos y las épocas en las que se pueden contextualizar
los hechos son distintas.
❖ ¿Cuál es tu primer
recuerdo de Ezpeleta?
Mi primer recuerdo cuando
llegue, luego de viajar por el barco fue el terrible calor que hacía, porque
nosotros estábamos acostumbrados a un frío mediterráneo y fue hermoso sentirse
por un rato cálidos. Después me transportaron en un auto hasta lo que sería mi
nuevo hogar temporario en Ezpeleta, la casa de una prima. Alrededor de la casa
de mi prima no habría más que cuatro casas, todas las calles eran de tierra y
el único medio de transporte que había en ese momento era el ferrocarril. No
había muchas familias que vivieran acá, por lo tanto, no había niños.
Resumen de lo mas destacado de la entrevista:
Por un lado, el proceso
migratorio relatado por la entrevistada durante los años 50, donde en el
contexto nacional, Argentina se encontraba bajo en gobierno de Perón, quien
estaba aplicando su segundo plan quinquenal para expandir y obtener grandes
rendimientos del sector agropecuario.
Por último, remarcamos que, a
pesar de sus viajes por el interior del país, siempre volvía al lugar donde más
cómoda se sentía y ese es Ezpeleta, que por sobre todo ella nunca abandono.
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